HIGIENE DE LOS OJOS
Para la higiene de los ojos de tu animal de compañía conviene utilizar un producto especial, que limpie y que desinfecte. Hay que limpiar de arriba a abajo, enjuagando el excedente que se derrame sobre el pelo con la ayuda de un tejido que no deje pelos (tejido de gasa).
Hay que lavar los ojos de vuestro perro o gato cuando nos parezca que están sucios, limpiándolos de 2 a 4 veces a la semana.
Los exudados en los ojos pueden deberse a la presencia de pelos, a una irritación (polvo, viento..), a pólenes.
Sin embargo, si los ojos de vuestro perro o gato están rojos o permanecen cerrados, consultad rápidamente a vuestro veterinario, los problemas oftalmológicos no deben tomarse a la ligera.
HIGIENE DE LOS DIENTES Y DE LA BOCA
Hay que vigilar el buen desarrollo de la formación de la dentición de vuestro animal.
Los dientes de leche comienzan a caerse alrededor del tercer o cuarto mes y los dientes de adulto deberían de haber salido alrededor de los seis meses (siete meses para los perros de razas grandes).
A algunos perros de razas pequeñas les cuesta perder los dientes de leche (sobre todo los colmillos), al tener estos las raíces muy largas y profundas. La consecuencia puede ser una falta de espacio para los dientes de adulto y una deformación de la dentición.
Si observáis este tipo de anomalías hacia los 8-12 meses, consultad a vuestro veterinario, él os indicará la mejor forma de tratar el problema.
En lo concerniente a la higiene de la boca, los animales detestan casi siempre que se les «lave» los dientes. Si dejamos que se acumule el sarro, les provocará halitosis (mal aliento), la pérdida de dientes e incluso enfermedades graves.
Por tanto, recomendamos el habituar a vuestro compañero, desde muy pequeño, a la utilización de un dentífrico. Si vuestro animal es reticente a su utilización existen otras soluciones, como las soluciones bebibles, las láminas o huesos para masticar, incluso los huesos enzimáticos.
LAS UÑAS
A veces es necesario cortar las uñas de vuestro animal de compañía.
Cuidado, ya que existen pequeños vasos sanguíneos en ellas y podéis correr el riesgo de hacerlos sangrar, incluso provocar una infección en las uñas si se dejan demasiado cortas.
Si las uñas de vuestro compañero son de color claro, entonces podemos ver por transparencia los elementos sanguíneos que tenemos que evitar.
Por contra, si las uñas son oscuras, nuestro consejo para una primera vez, es preguntar al veterinario la forma de cortarlas.
HIGIENE DE LAS OREJAS
La limpieza de las orejas debe hacerse de forma específica.
Utilizar los bastoncillos solo para la parte visible de las orejas, ya que si los utilizamos en profundidad, lo que hacemos es mandar hacia el fondo del oído el cerumen (formándose tapones ceruminosos).
- Para limpiar el fondo del conducto auditivo, instilar un limpiador específico fisiológico auricular, lo más profundo posible. Son distintos los limpiadores de gatos y los de perros, así que utilizar el adecuado para la especie.
- Masajear la base del conducto auditivo con el fin de disolver el cerumen y despegar la suciedad del interior de la oreja. Enseguida querrá sacudir la cabeza para exteriorizar el material que hemos introducido, por lo que siempre es mejor realizar esta operación en el exterior.
- Dejar que se sacuda durante al menos media hora.
- Secar el conducto y el sobrenadante con la ayuda de una gasa o un trapo limpio, procurando no empujar los residuos al interior.
- Aplicar frecuentemente, al menos un par de veces en semana si el oído fabrica mucho cerumen. Si el oido se ve limpio se puede limpiar cada 15 días, y siempre después del baño.
Es importante recompensar con una «chuche» o aprovechar para jugar con él, después de realizar estos cuidados, según su preferencia.
Si apreciamos un acúmulo importante de cerumen marrón o negruzco, podría tratarse de una otitis o de una otoacarosis del oído (sarna provocada por el parásito «Otodectes cynotis». Consultad rápidamente a vuestro veterinario en ese caso.
HIGIENE DEL PELO Y LA PIEL
MANTENIMIENTO DEL PELO DEL PERRO
Los cuidados mínimos que tenemos que proporcionar a nuestro perro consisten en:
- Un cepillado regular, sobre todo durante el periodo de muda: El cepillado permite eliminar de forma regular la sub-capa de pelo muerto, airea la piel y favorece la nueva salida de pelo. El aspecto general del pelaje se verá mejorado y contribuye además a prevenir ciertas enfermedades de la piel. El cepillado regular también contribuye a disminuir la cantidad de pelo que encontramos en casa y evita la formación de nudos y bolas de pelo en razas de pelo largo.
- El baño constituye un elemento esencial en el mantenimiento de vuestro perro. No solo es necesario para la conservación del pelaje, sino que es también un factor higiénico para el entorno. El pH de la piel del perro es muy diferente del nuestro. Y contrariamente a lo que cabría pensar, su piel es muy frágil. No debemos lavarle con un champú para humanos, así como tampoco debemos darle de nuestra comida. Preferiblemente se utilizará un champú para perros, que además les aporta otros beneficios suplementarios: Les desenreda el pelo, regula la seborrea y tiene acción antipruriginosa.
La frecuencia de los baños varía según la raza de la que se trate:
- Para perros de pelo corto: Es suficiente con un baño cada dos o tres meses.
- Para perros de pelo semi-largo: Un baño cada mes o cada dos meses es más que suficiente.
- Para perros de pelo largo: Los baños deberán darse con mayor frecuencia, sobre todo para razas pequeñas como Shih-Tzu, Bichones, Westies… Siempre pensando que los baños muy frecuentes (salvo los particularmente prescritos por el veterinario) no son lo más adecuado y pueden irritarles la piel.

MANTENIMIENTO DEL PELO DEL GATO
Los mínimos cuidados que necesita nuestro pequeño felino consisten en:
- Un cepillado frecuente (según la longitud y la calidad del pelo de tu gato). Principalmente durante los periodos de muda (primavera y otoño). Conseguiremos que disminuya la cantidad de pelo que encontraremos en casa, evitará la formación de nudos e impedirá la ingestión de bolas de pelo cuando se lave para realizar su «toilette».
- Un baño de 2 a 4 veces al año, con un champú para gatos. Estos baños podrían realizarse con mayor frecuencia en los animales que se ensucian más, cuando regresan a casa llenos de barro o grasa, pero nunca más allá de una vez cada quincena.
- En razas sin pelo (Sphynch), los baños deberán realizarse cada 3 – 4 semanas, ya que acumulan mucha suciedad en su piel. Utilizar un champú para gatos y luego aplicarles una loción de aloe vera o rosa mosqueta para evitar que su piel se seque en exceso.

LA MUDA
El crecimiento del pelo de los perros y de los gatos no es regular ni constante, sí es cíclico con una fase de crecimiento intenso del pelo, un periodo estacional, y más tarde un periodo de reposo de los folículos pilosos.
El ciclo del pelo depende de factores hormonales externos (duración de la luminosidad y de la temperatura) e internos (en función de la edad y el estado de salud del animal).
La naturaleza del pelaje cambia varias veces a lo largo de la vida del animal: cachorros o gatitos lactantes, «adolescencia» entre los 4 y 6 meses, jóvenes adultos de 2 a 6 años (cuando el pelaje está más bonito) y finalmente cuando se hacen mayores.
Estos periodos se acompañan de mudas importantes, donde la totalidad del pelaje se renueva.
Además de estas mudas programadas, el animal puede presentar mudas estacionarias. Cada semestre, generalmente en primavera y otoño, las variaciones de la temperatura y la duración de los días, inducen la renovación del sub pelo, normalmente espeso en invierno y más fino en verano.
Por lo tanto es normal que a vuestro animal se le caiga mucho el pelo. Jamás esta pérdida de pelo deberá dejar al descubierto la piel.
Muchas veces, la vida de nuestros animales en apartamentos caldeados y con mucha luz, modifica el ritmo estacionario, ocasionando pérdidas de pelo permanentes a lo largo de todo el año.
Estas mudas tienen consecuencias molestas para el animal, además de ser desagradable que los pelos vuelen por toda la casa.
El animal puede tener prurito o caspa ligados a la modificación de la piel; los pelos muertos pueden enmarañarse formando bolas que no dejan transpirar la piel, llegando ésta a macerarse. Los pelos tragados por el animal en su «toilette» pueden ocasionar vómitos, constipación e incluso oclusiones intestinales.
Es por lo tanto aconsejable cepillarle con una carda todos los días, a veces incluso 2 veces al día en periodos de muda intensa. La fabricación de un nuevo pelaje es un importante esfuerzo metabólico para el animal, por lo tanto sus necesidades de proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, oligoelementos y vitaminas, se verán en gran medida aumentadas: Será necesario el aporte de una alimentación de calidad y de complementos nutricionales específicos.
Además que es muy importante que la fabricación de este nuevo pelaje no se vea alterada por la presencia de parásitos externos que van a consumir estos elementos esenciales, por lo que la desparasitación externa del animal es muy importante.
