La película lagrimal normal
La producción de lágrima y su distribución normal sobre la superficie del ojo son esenciales para el mantenimiento de la córnea y la conjuntiva sanas y para la protección del ojo frente a posibles patógenos. La película lagrimal es la capa más externa de la córnea a la que confiere brillo.
La lágrima es segregada por los componentes glandulares del sistema lagrimal y distribuída sobre la superficie del ojo por la acción de los párpados, incluyendo el tercer párpado; se evacúa a la nariz a través del sistema nasolagrimal de drenaje.
Desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de una superficie ocular sana. Hidrata las células epiteliales superficiales, les aporta nutrientes y oxígeno y elimina los productos de desecho y las células descamadas. Constituye la primera línea de defensa de la superficie ocular frente a las infecciones:
- Tienen una acción de lavado y arrastran materiales extraños y evitan que se adhieran microorganismos a la superficie ocular.
- El moco atrapa y elimina las partículas que contaminan el saco conjuntival.
- Existen en la lágrima sustancias con poder antibacteriano como la lisozima, la betalisina y la lactoferrina.
- También contiene inmunoglobulinas protectoras específicas.
Las lágrimas entran en el sistema de drenaje a través de los puntos superior e inferior del canto medial de los párpados superior e inferior, los puntos se continúan con los canalículos que se unen en el saco nasolagrimal para formar el conducto nasolagrimal, dicho conducto desemboca en la nariz cerca de las narinas.
Las lágrimas penetran en los canalículos por capilaridad y es el parpadeo el que las impulsa al conducto nasolagrimal.
Para calcular la cantidad de lágrima fabricada por las glándulas, se utiliza la prueba de Schirmer, que consiste en colocar un papel absorbente milimetrado entre la superficie de la córnea y el párpado inferior durante 1 minuto. Los perros normales humedecen la tira unos 15 mm y los gatos más de 10 mm.
Epífora (ojo lagrimoso): exceso de lágrima
El rebosamiento de lágrimas sobre la cara es un hallazgo frecuente en los perros. Puede producir una coloración marrón del pelo facial que preocupa bastante a los dueños de perros. La epífora es menos frecuente en los gatos. Es importante averiguar si se debe a un exceso de producción de lágrima (por irritación o dolor) o si se debe a un drenaje insuficiente de lágrima, o a una combinación de las dos.
- Exploración
- La exploración cuidadosa del animal permitirá al veterinario decidir si hay lagrimeo excesivo por irritación o dolor.
- Valoración funcional del sistema de drenaje nasolagrimal
- Exploración directa: El veterinario inspeccionará los puntos al retraer el borde de los párpados, gracias a una buena iluminación.
- Prueba de fluoresceína: El paso de fluoresceína desde la superficie de los ojos hasta la nariz prueba la permeabilidad del sistema. En la mayoría de razas, la fluoresceína tarda unos 4 minutos en alcanzar la nariz. También se examina la lengua, ya que parte puede haber salido por las aberturas accesorias.
El exceso de lágrima por irritación de la superficie ocular puede deberse a:
- Enfermedades de los párpados
- Entropión (párpado revertido hacia dentro).
- Distiquiasis (pestañas que salen de los párpados y que contactan con la superficie ocular).
- Cilios ectópicos (pestañas que emergen de la conjuntiva palpebral, normalmente de forma individual).
- Triquiasis (pelos correctamente situados pero que hacen contacto con la córnea).
- Blefaritis (inflamación de los párpados).
- Laceración palpebral.
- Neoplasia
- Enfermedades del tercer párpado.
- Hiperplasia linfoide
- Prolapso de la glándula nictitante
- Enrollamiento del tercer párpado
- Enfermedades de la superficie ocular.
- Conjuntivitis
- Queratitis
Epífora asociada a drenaje alterado de lágrimas
- Causas congénitas o morfológicas: Puede existir una ausencia de los puntos de los canalículos de forma congénita, no es raro encontrarlo en determinadas razas, como en el cocker spaniel.
- Desplazamiento del punto inferior, por entropión o ectropión.
- Obstrucción del canal lagrimal, por cuerpos extraños, mucosidades o atresia congénita.
La epífora causa una coloración marrón-rojiza del pelo facial, lo que es bastante frecuente en algunas razas, como el caniche enano, el caniche toy, el shih-tzu y el maltés. Resulta más ostensible en perros con capa clara, siendo sobre todo un problema estético.
Aunque también puede desarrollarse una dermatitis debajo del pelo teñido. La coloración parece deberse a las porfirinas de la lágrima. En las razas afectadas, la presencia de un globo prominente y una estrecha aposición entre el párpado inferior y el globo contribuyen a que el drenaje lagrimal no sea óptimo.
También pueden existir pelos largos que se apoyan sobre los puntos de las carúnculas y que obstruyen el drenaje de las lágrimas y otras veces actúan como «mecha» que hace que las lágrimas caigan sobre la cara. Por lo que siempre habrá que recortar esos pelos situados debajo de los párpados inferiores y dejarlo lo más limpio posible.
En muchos casos es difícil eliminar la tinción por lágrimas. Deberá tratarse todas las posibles causas, irrigar los conductos lagrimales, corrección del entropión mediante la extirpación de una pieza triangular de piel mediante la técnica estandar de cirugía, teniendo cuidado de que los puntos no irriten el ojo. A veces necesitarán tratamientos con antibióticos si se trata de problemas bacterianos.
Muchos gatos persas y exóticos también sufren epífora y tinción por lágrimas, por la tortuosidad de su sistema de drenaje lagrimal, asociado a globos prominentes. A menudo no puede corregirse este problema de índole estética.
Debemos desaconsejar el uso indiscriminado de agentes de limpieza potencialmente cáusticos, como los peróxidos, para tratar la tinción de las lágrimas.
Será el veterinario el que, tras examinar los ojos del perro o gato afectado, opte por el tratamiento más adecuado. Lo más importante es descartar cualquier otro problema que no sea puramente estético y desde luego, siempre mantener lo más limpia posible la zona, evitando que las secreciones se acumulen y terminen ocasionando un caso grave de dermatitis.
Dra. Lina Sáez de Antoni
Dr. José Enrique Zaldívar Laguía
Clínica Veterinaria Colores – Madrid
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