Los trastornos relacionados con la separación del dueño en los perros sigue siendo uno de los principales problemas de comportamiento entre la población canina. Un 20 a un 40% de los perros que acuden a la consulta de los especialistas lo hacen por este motivo.
Este trastorno parece afectar al 15% de la población general canina.
Hasta hace poco se usaba este término de forma genérica para describir todos los problemas de conducta asociados a la separación del propietario. Sin embargo y debido a que existen numerosas causas que no están en absoluto relacionadas con la ansiedad, últimamente y en especial en países como el Reino Unido, se prefiere hablar de trastornos relacionados con la separación, considerando a la ansiedad por separación como uno más de ellos.
Etiología y factores de riesgo
Aunque las causas y los factores de riesgo implicados en la ansiedad por separación todavía no han sido esclarecidos por completo, habitualmente se han reconocido distintos factores como predisponentes para que un animal desarrolle este problema. Uno de los más importantes es la tendencia del perro a formar lazos fuertes y duraderos con las personas y a ser muy dependiente de sus cuidados.
Otro de los factores relacionados con la aparición de ansiedad por separación en perros son: perros mestizos que han sido abandonados y recogidos por un albergue, que han sido destetados precozmente, cambios en el entorno físico o social del perro (periodos en residencias, mudanzas, cambios de horarios, etc.).
Sin embargo los estudios más recientes parecen cuestionar algunos de ellos.
Así por ejemplo en un estudio realizado en Inglaterra en el año 2002 y donde se entrevistaba a dueños de perros, la probabilidad de padecer un trastorno relacionado con la separación no fue mayor en el caso de animales mestizos o en aquellos que habían sido recogidos de un albergue.
Las relaciones sociales con el propietario y otras personas, incluyendo periodos de aislamiento, pueden jugar un papel muy importante en el desarrollo o no de un problema de ansiedad por separación. Parece que una variedad de experiencias sociales con personas durante el periodo comprendido entre los 5 y los 10 meses de edad, podría ayudar a prevenir la aparición del problema. Sin embargo, experiencias muy intensas a la edad de 3 meses, cuando el cachorro acaba de ser adquirido, podrían aumentar la tendencia de los animales a manifestar conductas inapropiadas relacionadas con la separación del dueño en los siguientes 6 meses de vida, si estas experiencias se reducen drásticamente pasado el periodo de socialización.Las expectativas que el cachorro adquiere de que las relaciones con las personas van a ser frecuentes y variadas podrían verse frustradas posteriormente si se reducen, originando la aparición de reacciones inapropiadas por parte del animal.
Por lo dicho anteriormente, los autores del citado trabajo recomiendan que cualquier perro tenga oportunidad de interaccionar con una gran variedad de personas, al menos, hasta que acaba el periodo juvenil de su desarrollo, pero dando también una gran importancia a que el cachorro aprenda a convivir con periodos de aislamiento.
En otro estudio reciente realizado en estados Unidos se observó que la probabilidad de padecer este trastorno aumenta 2,5 veces en perros que conviven con un solo dueño, especialmente en los animales recogidos de albergues, éste parecer ser un punto importante a la hora de desarrollar el problema.
También se llegó a la conclusión de que los animales castrados tienen 3 veces más probabilidades de padecer ansiedad por separación que los animales enteros. En cambio los autores de dicho trabajo no pudieron demostrar una relación significativa entre el sexo de los animales, el sexo de sus dueños, la edad de adquisición del animal o actitudes de mimar en exceso al perro con el padecimiento de ansiedad por separación, sin embargo en otras estadísticas si parece que los machos sufren este problema con más asiduidad.
En cuanto a la edad de adquisición del perro, los perros adquiridos en las protectoras con edades comprendidas entre 6 y 12 meses tenían más probabilidades de desarrollar problemas relacionados con la separación que los individuos adoptados a otras edades, según un estudio realizado en la universidad de Southampton.
Signos clínicos y diagnóstico
Los signos clínicos más conocidos son la eliminación inapropiada, destructividad y/o vocalizaciones.
Sin embargo, existen otros signos quizá menos conocidos pero que también son indicativos de un problema relacionado con la separación del propietario. Entre ellos podemos destacar la salivación excesiva, conductas de automutilación y lamido excesivo, alteraciones gastrointestinales (vómitos y/o diarreas), paseos persistentes por la casa, inactividad, falta completa de apetito en ausencia del propietario, etc. Aunque algunos de estos últimos no suponen normalmente un problema para el propietario, es importante tratar de identificarlos por el bien del bienestar animal.
Una medida muy interesante es la grabación de un vídeo del animal cuando se encuentra solo en la casa. También nos permitiría descartar cualquier otro problema.
No siempre el trastorno ocurre cuando hay un hiperapego a una persona, ya que algunos autores no demuestran claramente una relación entre mimar en exceso y favorecer una relación estrecha con el animal, con una mayor predisposición a padecer ansiedad por separación, mientras que otros autores opinan que la figura de apego es absolutamente necesaria para que se pueda desencadenar la reacción de ansiedad ante su falta o ausencia. Hay animales que presentan claros signos de hiperapego hacia el dueño y que, sin embargo, no manifiestan signos de ansiedad ante su separación.
Los signos observados cuando el dueño no está presente podrían no obedecer únicamente a una reacción de ansiedad, sino deberse también a un problema de fobia a permanecer solo en la casa o a la frustración generada por el encierro o incluso por el aburrimiento. De ahí que se deban denominar trastornos relacionados con la separación y no trastornos de ansiedad por separación. En estos casos los tratamientos a utilizar serán las benzodiacepinas, útiles en caso de manejo de ansiedad por separación severas en los que observamos una reacción de pánico cuando el animal se ve separado de su propietario.
Tratamiento
El dueño debe ser consciente de que se trata de un problema de conducta, que el animal no lo hace por venganza y que sufre mucho durante el tiempo de ausencia. A continuación deben seguirse unas pautas de modificación ambiental y conductual, y si es necesario debe administrarse terapia farmacológica. El tratamiento requiere mucha consistencia, dedicación y paciencia, y es determinante la comprensión y la complicidad del amo.
Modificación ambiental
- Restringir el acceso del perro a áreas donde pueda ocurrir destrucción o eliminación indeseable.
- Dejarlo en un sitio seguro.
- Dejarle juguetes interactivos. Variar los juguetes disponibles para que no pierdan su atractivo.
- Usar un cuidador en casos extremos.
Modificación conductual
- Evitar ausencias prolongadas al inicio de la terapia.
- Disminuir la intensidad de la interacción con el perro en general y en especial durante salidas y llegadas, para no diferenciar excesivamente entre la presencia o la ausencia de los dueños.
- Ofrecerle un juguete que le guste a la hora de la despedida del dueño.
- Intentar que el animal no asocie actos, como coger las llaves o ponerse los zapatos con la salida del dueño.
- Realizar ejercicio de forma regular para tenerle lo más cansado posible.
- Promover la estimulación ambiental mediante juguetes interactivos.
- Usar la obediencia como una herramienta cotidiana de convivencia.
- Si no causa más ansiedad, mantener al animal en un sitio cómodo y pequeño durante la ausencia. A algunos animales el confinamiento les provoca mayor ansiedad.
- Entrenamiento de independencia. Consiste en disminuir el contacto físico con la persona más apegada y fomentar la interacción con otras personas de la casa.
- Crear una rutina de vida estructurada que le dé seguridad al animal.
- Realizar programas de desensibilización sistemática y contracondicinamiento.
- Recompensar un estado de calma durante la ausencia.
- No castigar, ya que no existe una asociación directa entre la conducta y el castigo.
Terapia Farmacológica
- Medicamentos ansiolíticos:
- Alprazolam, sobre todo en los que hay un comportamiento de pánico importante. Tiene un efecto de unas 6-8 horas por lo que se usaría una hora antes de la salida del dueño de la casa.
- Buspirona
- Medicamentos Tranquilizantes:
- Diazepam
- Medicamentos Antidepresivos:
- Clomipramina: Es el medicamento más usado, pero requiere acompañarlo con una terapia conductual.
- Fluoxetina
- Amitriptilina
- Imipramina, se usa sobre todo en los que tienen un porcentaje elevdo de micción inapropiada
- Inhibidores de la Monoaminooxidasa B:
- Selegilina
Feromonoterapia
En España se comercializa la feromona apaciguadora canina (dog pheromone o DAP) para el tratamiento de miedos y conductas asociadas a estados de estrés en el perro. Es un análogo de la feromona apaciguadora secretada de forma natural por las glándulas sebáceas del surco intermamario de hembras lactantes, que tiene la función de tranquilizar a las crías. Su secreción comienza entre el tercer y cuarto día post-parto y continúa hasta el destete de los cachorros.
El producto se presenta en forma de difusor, de forma que la feromona se libera directamente al ambiente, siendo percibida por el órgano vomeronasal del perro.
El fabricante recomienda usarlo en la habitación donde suela pasar más tiempo, en algún lugar donde no haya muebles que interfieran la difusión.
Su uso en combinación con un tratamiento estándar de modificación de conducta consigue una tasa de mejoría o resolución del problema en 28 días de tratamiento del 77%, los signos que más mejoran son las destrucciones de la propiedad y las vocalizaciones, haciéndolo en menor medida las micciones inapropiadas.
Es inocuo tanto para el animal como para las personas.
El uso de esta feromona puede suponer una alternativa al uso de medicación, tanto en animales mayores como enfermos. Siempre se debe tener presente, sin embargo, que no debe usarse en sustitución del tratamiento de modificación de conducta.
Pronóstico
El éxito del tratamiento se considera que, en general, es bastante elevado. Las tasas de resolución o mejoría se sitúan entorno al 70 u 80%.
Aunque los perros abandonados o recogidos de albergues, parece que responden peor y también los perros que han superado un problema de ansiedad y recaen, tendrán un riego más elevado de ansiedad.
A pesar de que se ha avanzado mucho en el conocimiento de la ansiedad por separación en los últimos años, quedan todavía aspectos importantes por dilucidar. Muchos de ellos implican a la etiología del problema, como por ejemplo, el efecto que puede tener la socialización recibida por los cachorros durante los dos primeros meses de vida, mientras están con los criadores o el papel que juega el apego hacia los propietarios en el desarrollo del mismo.
Los últimos avances que se están obteniendo en el tratamiento de los problemas de conducta en general, se han conseguido a expensas de un importante desarrollo de los diferentes grupos de fármacos usados en ellos. Probablemente esto siga siendo así también en un futuro cercano.
Una muy buena idea para «aplacar» a nuestro perro de los síntomas de ansiedad por separación, es la adquisición de un compañero. Puede ayudarles mucho, de hecho muchos de nuestros clientes que lo han hecho así, están muy contentos.
Dra. Lina Sáez de antoni
Dr. josé Enrique Zaldívar Laguía
Clínica veterinaria Colores