Informe veterinario sobre las amputaciones estéticas en los animales de compañía

Antecedentes históricos

El corte de cola (caudectomía) y de orejas (otectomía) en la especie canina son costumbres que proceden de la época romana, cuando el bienestar animal preocupaba mucho menos que en la actualidad. 

El fin perseguido hoy día es puramente estético. 

El origen de esta “tradición” hay que encontrarlo en la caza, ya que el principal inconveniente de las orejas caídas se daba en los perros cazadores porque favorecía el hecho de ser lesionados por sus presas. Por el contrario, las orejas erguidas eran menos accesibles para éstas, argumento aplicado posteriormente para los perros utilizados en peleas, combates e incluso en guerras, para ser más inaccesibles frente a su adversario. 

Además, en perros guardianes se llevaba a cabo esta práctica para que tuviesen un aspecto más feroz y en los perros pastores para que al defender al rebaño de posibles depredadores -como zorros, lobos u otros perros salvajes- no fueran heridos con facilidad. 

Otra de las partes del cuerpo que los hacían más vulnerables al ataque de la presa o del adversario era la cola. Proporcionaba un método de alcance en las peleas muy importante, e incluso un método de sujección en contiendas en las que había personas implicadas. Así que lo más fácil para evitarlo era cortarsela.

En el siglo XIX empezaron a surgir voces críticas a este tipo de prácticas, pero no fue hasta el 1839 cuando Sir William Youatt publicó un ensayo en contra de las mismas en la revista The Veterinarian, alegando la falta de necesidad de este tipo de intervenciones. 

Estas cirugías practicadas en la antigüedad por motivos de trabajo han dado lugar a algunos criterios de los actuales estándares raciales, así como también a la mutilación de los perros por un simple criterio estético.

Motivos para evitar estas prácticas

En los últimos años cada vez somos más los veterinarios que nos negamos rotundamente a llevar a cabo estas operaciones y tratamos de convencer a los responsables de los animales de compañía de no realizarlas por las siguientes razones:

  • No se trata de cortes, sino de amputaciones. Los cortes de uñas o pelo no son eventos traumáticos, sino parte de la rutina de limpieza y mantenimiento del perro. Pero en la amputación de la cola (caudectomía) y de las orejas se seccionan cartílagos, nervios, vasos sanguíneos y otros tejidos además de la piel. En caso de necesitarlo por motivos patológicos, los animales han de someterse a una analgesia y una anestesia, como si se tratara de una intervención mayor. La amputación estética se realiza en animales muy jóvenes, los rabos en animales de días, a los que no se les practica muchas veces ningún tipo de analgesia o anestesia, por lo que conlleva un sufrimiento mayor. Sin embargo, el mejor conocimiento del dolor y su manejo dictan el empleo de anestesia local, con o sin sedación, ya que las vías nerviosas que reconocen, procesan y responden ante el dolor (las llamadas tálamo-corticales) están perfectamente desarrolladas en los animales antes de su nacimiento, es decir, en la etapa fetal.  Con frecuencia se realiza un bloqueo en anillo con lidocaína (menor que la dosis tóxica de 10 mg/kg) en la base de la cola. Otro protocolo de sedación y analgesia se realiza con diazepam intravenoso (1 mg/kg) seguido 3 minutos después por hidrocloruro de ketamina intranasal (1mg/100g) y tras otros 5 minutos un bloqueo en anillo con anestésico local, proximal a la incisión propuesta. Las amputaciones de orejas suelen realizarse en animales de entre 6 y 9 semanas, por lo que sufren el riesgo de la anestesia general, además de los peligros de una mala intervención en caso de no ser realizada por veterinarios.
  • Dolor. Uno de los argumentos más fuertes en contra de la amputación de la cola es el hecho de que puede ser asociado a la presencia de neuromas y dolor crónico, o a un incremento en la sensibilidad del dolor en algunos animales. Aunque los perros sean capaces de enmascarar el dolor crónico, se espera que éste afecte a su comportamiento. Como se ha comentado, las estructuras tálamo corticales que reconocen el dolor, lo transmiten y responden ante él, están perfectamente desarrolladas y por tanto existen en los cachorros recién nacidos. Cualquier procedimiento quirúrgico que se realice en ellos debe garantizar la ausencia de dolor. 
  • Problemas de salud crónicos. Otro de los argumentos para oponerse al corte de cola es que se ha descrito atrofia y degeneración de la misma en algunos pacientes, así como de los músculos pélvicos. Esta atrofia puede conducir a una incontinencia fecal y a un compromiso de la integridad del diafragma pélvico, pudiéndose producir una hernia perineal. También se han observado casos de incontinencia urinaria. 
  • Problemas en la locomoción. La cola es la continuación de la columna vertebral en el perro. Está compuesta por unas vertebras llamadas caudales acompañadas de otros tejidos, siendo un elemento importante para mantener el equilibrio del perro. Al correr, girar y hacer ciertos movimientos el animal necesita de la cola; es como si fuera su timón. Dado que la mayoría de especies animales que tienen estilos de vida en los que se requiere velocidad y agilidad poseen cola, se puede llegar a pensar que ésta supone una ventaja evolutiva para ellos.
  • Problemas en la comunicación e interacción social. Además de la comunicación oral (ladridos, gruñidos, gemidos, etc) el perro envía mensajes a sus congéneres a nivel físico y humoral (olores). La posición de las orejas y el movimiento de la cola transmiten información importante para la sociabilización con otros animales. Los perros utilizan la cola para comunicarse entre ellos, de manera que un perro que no disponga de ella puede tener desventajas sociales. Se dice que los perros que tienen la cola amputada presentan comportamientos compensatorios, como puede ser el movimiento del tercio posterior. Además, cabe la posibilidad de la existencia de “malentendidos” entre animales de la misma raza. La comunicación con los humanos también puede verse afectada ya que, por ejemplo, los niños pueden tener miedo a perros sin cola debido a que asocian el movimiento de ésta a que el animal está contento.
  • Riesgo perioperatorio. La realización de cualquier procedimiento quirúrgico pone en riesgo la vida del animal, ya que se le somete a anestesia general, y se considera un peligro innecesario cuando la cirugía está destinada sólo a fines estéticos. Teniendo en cuenta que muchas veces este procedimiento no se realiza por un veterinario cualificado (sin anestesia general, analgesia y asepsia) existe un mayor riesgo de complicaciones durante y después del procedimiento, poniendo en peligro la salud del animal. Muchas veces estas intervenciones se consideran “actos de mutilación” y se comparan e igualan a las cirugías que suprimen el ladrido, amputación del espolón y resección de uñas y terceras falanges en gato. 
  • Infecciones y problemas en la cicatrización. Al igual que en cualquier otro procedimiento quirúrgico, existe la posibilidad de complicaciones como sangrado excesivo, infección y necrosis. La herida puede infectarse después de la cirugía, sobre todo si las condiciones higiénicas y de esterilidad no son las correctas. Además, también puede haber problemas en la cicatrización: la herida puede abrirse continuamente sobre todo si el cachorro está en compañía de los demás cachorros de la camada. 
  • No tiene fines médicos que lo sustenten, solo estéticos. A no ser por casos específicos en donde la salud del animal se vea afectada (como una fractura de cola, la extirpación de un tumor en esas localizaciones o por lesiones que no puedan permitir la reconstrucción de estas zonas), estas amputaciones están prohibidas en muchos países del mundo. Además, la WSAVA recomienda la no realización de las mismas.

Recomendaciones de organizaciones veterinarias internacionales

La World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) -organización internacional comprometida con el bienestar de los animales, formada por 57 asociaciones de veterinarios de animales de compañía y con 55.000 miembros de 50 países distintos- aprobó por unanimidad, en su Asamblea General de agosto de 2011, el siguiente texto:

  • La WSAVA considera que el corte de la cola en perros es una intervención quirúrgica innecesaria y contraria al bienestar del animal.
  • La WSAVA recomienda a todas las organizaciones cinófilas que eliminen las recomendaciones de amputación de la cola de sus estándares raciales.
  • La WSAVA pide que el corte de cola sea considerado un acto ilegal excepto en los casos en que sea necesario terapéuticamente en problemas diagnosticados por profesionales y sea llevado a cabo por personal cualificado como veterinarios titulados, y bajo los efectos de la anestesia para minimizar el dolor y el estrés del paciente.

La Federación de Veterinarios de Europa (FVE) -organización no gubernamental que constituye el 28 órgano consultivo de la Unión Europea- en 2001 ya se posicionó en contra de todas las cirugías en los animales de compañía para fines no curativos o de diagnóstico, incluyendo el corte de cola, corte de orejas, desvocalización y resección de uñas y tercera falange. 

Legislación española

Hasta la fecha, en España la amputación estética de orejas y rabos a los perros no está regulada a nivel estatal, por lo que en cada Comunidad Autónoma existe una legislación diferente. En siete de ellas está prohibida (Andalucía, Aragón, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, Murcia y Navarra); en el resto esta prácticas están permitidas.

Esta realidad genera confusión y perjudica la lucha contra este horrible acto. Quienes deseen mutilar a su perro sólo han de desplazarse a las Comunidades en las que sea legal. Dada esta confusión, muchas veces se continúan efectuando las amputaciones en territorios en los que está prohibido. Es el veterinario, como garante de la salud de los animales, el que debe desaprobar esta práctica, aún efectuándose en territorio español permitido.

El Convenio Europeo para la Protección de Animales de Compañía (redactado por el Consejo de Europa en 1987) establece en su artículo 10 que 

“las operaciones quirúrgicas para el propósito de modificar la apariencia de un animal de compañía o para otros fines no curativos estarán prohibidas, en particular: el corte de colas, el corte de las orejas; desvocalizaciones; resección de uñas y tercera falange. Se permitirán excepciones a estas prohibiciones sólo si el veterinario lo considera necesario por razones médicas, para el beneficio de cualquier animal en particular. Operaciones en las que el animal es probable que experimente dolor intenso se llevarán a cabo bajo anestesia únicamente por un veterinario o bajo su supervisión”.

El 25 de septiembre de 2015 el gobierno español, en su Consejo de Ministros, dio luz verde para que España se acoja a dicho convenio (seríamos el país número 18 en adherirnos a él), debiendo pasar aún por las Cortes Generales para su aprobación definitiva. Esperamos que en un futuro próximo, por tanto, las amputaciones estéticas queden prohibidas en nuestro país.

Conclusión

Las otectomías o caudectomías estéticas se entienden como un procedimiento quirúrgico que no está indicado médicamente y no van a proporcionar ningún beneficio al paciente. 

Por tanto, y de acuerdo a la Dra. Paola Melly (veterinaria especialista en pequeños animales), 

podemos afirmar que desde el punto de vista veterinario la apariencia a gusto del dueño no justifica, en ningún caso, el sufrimiento a varios niveles al que se somete al animal.

Referencias bibliográficas:

Veterinarios firmantes

Lina Sáez de antoni, Veterinaria Col.1498, Madrid

José Enrique Zaldívar Laguía, Veterinario Col. 1499, Madrid